Si eres fan del estilo bohemio, pero su exuberancia decorativa te frena a adoptarlo en casa, ¡pásate al boho chic! Descubre qué tiene en común con el bohemio y el porqué del calificativo chic:
Alfombras, sí o sí. Y el plural no es casual, porque lo más habitual es vestir los suelos de casa con varios diseños, que muchas veces incluso se superponen. No solo añadirán color y calidez, sino que además, harán la pisada descalza más agradable.
Base neutra. Es importantísimo, porque este estilo decorativo se nutre de colores vibrantes y muy intensos, de textiles estampados y de combinar diferentes tipos de mobiliario. Para que el resultado de todo este mix no resulte demasiado estridente o caótico, es básico apostar por una base neutra en las paredes. Y deja que el resto de la decoración se encargue de dar color y vida a la estancia.
¡A todo color! O mejor dicho, colores. Porque los colores son precisamente el eje sobre el que gira todo lo relacionado con este estilo. Intensos, alegres, vibrantes... Todos ellos conviven con naturalidad en las decoraciones de corte bohemio para crear atmósferas con una energía única.
Más y más cojines. Muchos siempre parecen ser pocos. En el sofá, en la cama o en el suelo para tumbarse o sentarse de manera informal y relajada. Combínalos con diseños de diferentes formas, tamaños y con puffs mullidos, que son otro must de este estilo decorativo. ¿Y si son coloristas? ¡Mucho mejor!
Motivos étnicos ¡Y a tutiplén! No temas mezclarlos, porque precisamente de su combinación un tanto arbitraria se nutre la esencia de estilo decorativo, en el que las reglas no existen.
Muebles pintados. Son un must del estilo boho chic. Y cuanto más desgastados y envejecidos, mejor. Las piezas vintage, las traídas de viajes exóticos, las recuperadas o compradas en rastrillos son las grandes protagonistas de este estilo decorativo.